domingo, 25 de marzo de 2012

Historia del gimnasio 1

Ella unos 27 años, metro setenta, cuerpo esbelto entrenando duramente en el gimnasio ante la atenta mirada de los distintos de los distintos concurrentes masculinos del lugar. Él, un poco más alto que ella, flaco, pelo larguito, pasando desapercibido en el lugar.
De pronto sale del gimnasio hacia otras dependencias del club, y encuentra a su sobrina que había sito traída por unos amigos del hermano.
El Pollerudo, se pone feliz y toma de la mano a su amada sobrina y va para que salude a su novia en el gimnasio.
Ella estaba terminando de hacer femorales en la camilla. Observa el ingreso de la pareja con ojos desorbitados. Pone su mejor sonrisa ante la niña, la abraza, le pregunta con quien está, le dice que al día siguiente tendrá un día de campo espectacular, pero que no podrá llevarla porque le tendrá que pedir permiso al padre de la niña.
El Pollerudo observa la escena feliz, incrédulo de lo que le pasará en pocos segundos.
Lleva nuevamente a la niña a la guarda de los amigos de su hermano.
Regresa a la sala de musculación y se desata el vendaval. Ella lo increpa: “como puede ser que tu hermano le da la niña a cualquiera ya vos no…..como es que hasta te pide el auto prestado y después ni siquiera te enterás cuando tu sobrina viene al club….porque tu hermano me odia??? Su señora, la muy p……”.
El Pollerudo asiente en silencio.
Los concurrentes de gimnasio tratamos de mirar hacia otro lado, olvidándonos de las curvas de la maltratadora, diciendo que suerte que no la encontramos antes en la vida.
Tenemos ganas de salir en ayuda del Pollerudo, pero sabemos que es una enfermedad que necesita un largo tratamiento, y no entendería en ese momento la ayuda.
Ella sigue con su diatriba, nada le importa en la situación que lo deja al Pollerudo, lo último que se escucha decir: .”..le tenés que decir……”. El sigue asintiendo….

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